publicado pero no redactado el 07/10/2024.
Estoy acordándome de ti, como muchas veces lo he hecho, y como todas esas veces, recuerdo las mismas cosas, recuerdo bien la primera vez que te hablé: un catorce de febrero por la noche.
- Nadie puede sentirse solo en San Valentín- te dije, sintiéndome precisamente solo.
- Yo sí- me contestaste. Supe en ese momento que necesitabas algo, supe en ese momento que me necesitaban... lástima. Ahora soy yo el que necesita de ti... pero no hay nadie que me diga: en San Valentín nadie puede sentirse solo.
Pues ya no estás aquí
Y yo muriéndome por ti
Porque me haces creer
que siempre te podré tener
ya que me haces sufrir
sigue olvidándote de mí
y lloraré acordándome de ti.
Del color de tu cabello y el perfume de tu cuerpo
del aquellos besos y la flama del deseo
del calor de tus abrazos y lo suave de tus manos
lo tierno de tus caricias, lo hermoso de tu sonrisa
el mirar aquellos ojos y lo bello de ese rostro...
...
Estoy acordándome de ti, ignorando si todavía te acuerdas de mí, recuerdo que las pocas veces que pude estar abrazado a ti mientras te besaba fueron las mejores, que no necesitábamos decir nada, solamente estar uno a lado del otro para ser felices. Estar a tu lado me hacía sentir feliz... tus mensajes de buenos días y buenas noches diariamente, nuestro saludo de beso todas las mañanas y ese pequeño dolor al despedirnos.
Una vez dijimos que estaríamos juntos para siempre: fue mentira. Hoy que me acuerdo de ti me doy cuenta de que todo lo que nos decíamos no era verdad, incluso aquella vez que mencionaste que cuando te dejara morirías, me alegra que sea mentira, porque la tristeza invadiría mi alma si tú no estuvieras.
Ese adiós que de tus labios quedó en mi pecho tatuado
que tu rostro hiciste a un lado para no verte llorando
y que apretaste los dedos antes de soltar mi mano...
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