OJO: LA ACTUAL PASTORELA NO PRETENDE SER UN TEXTO ORTODOXO NI NADA QUE SE LE PAREZCA A UN LIBRETO DE TEATRO, SINO QUE SE TRATA DE UN TEXTO DE MI AUTORÍA QUE PRESENTO TAL Y COMO LO ESCRIBÍ POR PRIMERA VEZ, POR LO QUE PUEDE CONTENER CIERTO ERRORES Y DESACIERTOS. LA FINALIDAD DE LA OBRA NO ES OTRO QUE EL DE ENTRETENER.
Escena: Aparece un narrador, saca de su cinturón un
pergamino, lo desdobla y comienza a leer hacia el público
Narrador: Hace
mucho tiempo existieron dos hermanos: Gézer y Zabulón. Ambos hermanos
estuvieron siempre en constante lucha, la cual aumentó con los años, hasta
convertirse en una guerra (aparecen dos
ejércitos, uno de cada lado del escenario) Lord Gézer, se hizo el general
del ejército de la luz y Zabulón se hizo general del ejército de las tinieblas.
Estuvieron preparándose para que llegara el cruel día en que tuvieran que
enfrentarse (ambos ejércitos comienzan a
pelear severamente sin darse tregua uno al otro). Por un momento el combate
estuvo empatado, pero pasadas dos horas de combate, el ejército de la luz
comenzó a obtener la ventaja (aparece el
diablo y baja el telón que cubre la escena de guerra)
Diablo (sacudiendo las manos, interrumpiendo al narrador): No, no,
no, no… esa historia no me gusta para nada
Narrador (confundido): ¿Qué por qué?
Diablo: Como que ¿Por
qué? (al decir ‘por qué’ el diablo le
remeda al narrador) Pues porque esa historia está mal, toda apócrifa
Narrador (indignado): ¿Cómo que apócrifa?
Diablo: Pus sí… ¿cómo
está eso de que los buenos ganan?
Narrador: Ah, pus
es que tú no me has dejado terminar de contar la historia
Diablo (ilusionado): ¿Ah, sí? Bueno pues entonces termina
Narrador: Está
bien, hazte pa’ allá (empuja fuertemente
al Diablo sacándolo de escena y el telón vuelve a abrirse) después de horas
de sangriento combate sólo quedaron en el campo de batalla Gézer y Zabulón,
quienes finalmente se enfrentaron (detrás
de él ambos guerreros comienzan a pelear magistralmente) Pero en un
descuido mortal, Zabulón perdería el combate y la vida (Gézer atraviesa a Zabulón con su espada) pero el agonizante
guerrero oscuro daría este veredicto (Zabulón
jala a Gézer y le habla al oído, el narrador se hace a un lado)
Zabulón: Esta vez
ganaste, hermano. Pero solo es parte de mi plan, como guerrero terrenal algún
día morirás y cuando eso pase, yo volveré como el Guerrero Oscuro y lo
destruiré todo. (Zabulón cae al suelo y
muere)
Narrador: Así,
Lord Gézer ganaría el cruel combate y rezaría para que, si algún día
Zabulón volvía, pudieran nacer en esa
misma época, guerreros con el poder suficiente para detenerlo y así pasaron
siglos de aparente paz… hasta ahora. (Se
baja el telón y vuelve a aparecer el Diablo)
Diablo: ¿Qué onda? ¿No
qué ganaban los malos?
Narrador: No. Yo
nunca te dije que ganaban los malos
Diablo (enojado): ¿¡ENTONCES!?
Narrador: Nomás
era para que me dejaras contar la historia
El
narrador levanta el pergamino para seguir leyendo, el Diablo se lo arrebata y
lo rompe, el narrador agacha la cabeza triste, el Diablo se da vuelta y se
retira. Una vez que el Diablo no está el narrador saca de su abrigo otro
pergamino y lo estira, pero llega el Diablo, se lo arrebata y lo rompe; el
diablo se da la vuelta y antes de irse el narrador saca otro pergamino de su
abrigo, el Diablo se da vuelta le arrebata el pergamino al Narrador y lo rompe;
pero mientras el Diablo rompe ése el Narrador ya sacó otro, el Diablo se lo
arrebata y lo rompe… el Narrador y el Diablo se miran fijamente, el Diablo le
estira la mano al narrador y el Narrador saca otro pergamino y se lo entrega,
el Diablo lo rompe. Por fin se da la vuelta y el narrador se abre el abrigo
para sacar otro pergamino pero el Diablo se voltea y el Narrador disimula, así
le hacen repetidas veces, pero entonces el Diablo pierde el control y llama a
sus secuaces:
Diablo (enojado): ¡Seytan! ¡Dabel! ¡Vengan para acá! (aparecen los pequeños demonios)
Seytan y Dabel (al unísono): ¡Ordene
emperador!
Diablo: No sean
payasos. Llévense al narrador y quítenle todas las copias que tenga de su
historia
Los
dos diablillos se dirigen al narrador lo rodean y dan salto alrededor de él,
luego uno lo toma de los brazos, otro de los pies y se lo llevan fuera del
escenario, se escucha un sonido como de golpes. Entran de nuevo los diablillos
cada uno carga un montón de pergaminos enrollados
Seytan: Listo jefe
¿Qué´ hacemos con esto?
Diablo: Quémenlos
Dabel: Pero jefe, esto
puede ser útil para uste’
Diablo: ¿y en qué me
puede ser útil?
Dabel: Pues muy fácil,
cuando uste’ ande de viaje y le dé por hacer del baño pues…
Diablo (le da un zape a Dabel interrumpiéndolo): ¡Ya cállate! ¡Y
apúrense que tengo cosas que hacer!
Seytan: Sí mi jefe
Los
demonios están por retirarse pero el Diablo reflexiona un poco
Diablo: Esperen
Los
demonios se dan la vuelta y regresan
Seytan y Dabel: ¡Ordene
emperador!
Diablo: Creo que uno de
esos sí puede serme útil (toma uno de los
muchos pergaminos que hay) listo, lárguense de aquí (los demonios salen de escena. El Diablo lee atentamente el cuento y
asiente con la cabeza) Sí, este pergamino era justo lo que necesito. Usando
mis enormes poderes, cambiaré el transcurso de esta historia, y volveré a los
buenos malos y a los felices en infelices, además de que aquí viene escrito
cómo despertar al Guerrero Oscuro… (Aparece
el narrador saltando porque está amarrado de brazos y pies)
Narrador: jajá,
eso no puede ser
Diablo: ¿por qué no?
Narrador: Dices
que vas a volver malos a los buenos ¿no? ¿Y qué harás con los malos?
Diablo: pues los haré
más malos
Narrador: JAJAJA…
(Interrumpe su risa victoriosa) No
pus sí ¿verda?
Vuelven
a aparecer los diablillos y se llevan narrador
Diablo (dirigiéndose al público):
Ahora
sí, con este plan, podré ganar. Porque se acerca la fecha en que viene el
Salvador de la tierra, pero con éste malévolo plan, no fallaré y cumpliré mi
cometido para someter al mundo (El Diablo
ríe macabramente pero cae un rayo y el Diablo grita como una niña. Sale de
escena. Baja el telón)
Escena: El pesebre de Belém. Aparecen los ángeles
Rafael y Gabriel cantando solemnemente, sin embargo, el pesebre está vacío, los
dos ángeles detienen sus cantos comienzan a buscar por todas partes
Miguel (fuera de escena sólo se oye su voz): ¡¡NO PUEDE SER!!
(Entra a escena corriendo) Esto es
terrible, ese maldito demonio y sus secuaces ya volvieron a hacer de la suyas
Rafael: ¿Pues qué es lo
que pasa?
Miguel (desesperado): ¿Que qué es lo que pasa? ¡Mira…! (señala al pesebre) ¿Qué es eso?
Rafael: Pues… (Voltea a ver) un pesebre
Miguel: Ya sé que es un
pesebre
Rafael: Entons pa’ qué
preguntas
Miguel (le da un zape a Rafael): Me refiero a que
está vacío
Rafael: ¿Y?
Miguel: Pues que ese
demonio es claro que tiene que ver directamente con esto… pero ¡ah! Yo he sido
más listo que él y me he adelantado. Gabriel
Gabriel: Mande,
Miguel
Miguel: ¿Hiciste el
encargo que te pedí…?
Gabriel: Claro
que sí, Miguel, claro que sí
Miguel: ¿Contrataste a
los más nobles guerreros para que defendieran y en este caso encontraran al
niño Dios?
Gabriel: Claro que sí
Miguel, claro que sí
Miguel: ¿Son los
guerreros más fuertes y valientes?
Gabriel: Claro
que no Miguel, claro que no
Miguel: ¿Cómo qué no?
Gabriel: Pus
verás… sí recluté a los hombres más nobles que pude encontrar, pero no son
precisamente guerreros… sin embargo son los hombres más capaces para poder
defender y en este caso buscar y encontrar al niño Dios. Son los hombres más inteligentes.
Rafael: ¡Son
especialistas doctores! Dueños del conocimiento, con su ciencia harán armas
nucleares y defenderán al niño Dios. La gente hoy en día por eso se la pasa
estudiando, ya que el conocimiento es una meta que todos desean alcanzar, con la
ciencia se crea la clonación para hacer al hombre eterno
Miguel: Pero con la
ciencia se crean fórmulas para no envejecer, crean fórmulas para ser cada día
más ricos, pero a su vez cada día descubren que saben menos, los sabios piensas
que son Dios y se confunden, piensan y dicen que Dios no existe, y que todo en
la vida tiene una explicación físico, químico, biológica…
Gabriel: No, no,
no… Sí son sabios pero de ese tipo no… son a su vez, los que tienen en su voz
la facilidad de la palabra y del convencimiento para que la gente reflexione y
abra sus corazones, en esta navidad
Rafael: ¡Ah Son
políticos! De seguro del equipo de Peña Nieto, mira que tan buenos comerciales
hicieron. Buena idea, con sus discursos convencerán a los demonios y nos
regresarán al niño Dios
Gabriel: No, no…
si de eso fuera me traía a los asesores de Andrés Manuel López Obrador, o de
Josefina… No, definitivamente son los más poderosos
Rafael: ¡AH! Carlos Slim… sí, claro, con su dinero comprará
a los demonios y nos darán al niño Dios, al fin con dinero todo se puede.
Miguel: Ay, Rafael, si
crees que el dinero lo puede, estás mal. Mira cómo viven las personas, gastan
su vida y su salud trabajando para tener dinero y cuando lo tienen, gastan su
dinero para tener salud, la gente cree que el dinero es importante, porque con
el comprar cosas, según ellos, les da la felicidad, cuando la felicidad no la
da el dinero, porque la felicidad no viene de fuera sino de adentro
Gabriel: Así es…
por eso contraté a los hombres con el alma más limpia, más sana, los más
humildes pero ricos de corazón, que no saben mentir, que no necesitan decir
nada, pero que con sus actos, con su amor y su forma de ser, salvarán al niño.
Se
cierra el Telón.
Escena: Se abre el Telón. Empieza a sonar la
canción de Tiene Espinal el Rosal. Los tres
pastores Nicasio Higinio y Atenogenes son quienes están bailando la
pieza musical (coreografía) El pastor de en medio hace como que está cantando,
los demás le siguen el coro. Terminan la pieza y se ponen a descansar.
Higinio: Oyes, Nicasio
Nicasio: ¿Qui pasó
Higinio?
Higinio: Pus cómo a qui
ora pasa il transportí pa’lla’
Nicasio: Pregúntali al
Atenogenes que es el único que traí relo’
Higinio: Oyes,
Atenogenes
Atenogenes: ¿Qui
pasó Higinio?
Higinio: Pus cómo a qui
hora pasa il transporti pa’alla’
Atenogenes: No pus
si ya por acá ni pasan los mendigos
Nicasio: Tons como le
vamos a hacer
Atenogenes: No pus
no hay pendienti que orita me nos ubicamos por onde andamos (Atenogenes saca un Ipad de su jorongo)
Nicasio: Orita mi pestras
tu table’ pa’ ver mi face…
Higinio: Y luego mi lo
prestas a mí pa ver mi yutu
Atenogenes: Pus no
va a ver tiempo ni di uno ni di otro, orita qui mi acuerdo, teníamos que seguir
la estrellita que anenantes habíamos divisado
Nicasio: Pus sí, pero la
estrellita ya ta’ reti harto lejos
Atenogenes: Con más
razón hay quí apretar el paso
Higinio: Ora pue’
mientras yo escucho mi música con mi mp3
(se coloca sus audífonos y suena la
canción de Mi Burrito Sabanero. Los pastores salen corriendo de escena. Se cierra
el telón)
Escena: Se abre el telón. Una calle abandonada y sucia, en el otro lado del escenario hay un bote
de basura, es de noche y en vísperas de navidad. Se escucha una música triste,
aparece en escena Juanito: un niño andrajoso. Se va sobando los brazos para
agarrar un poco de calor, ve el bote y se asoma en él para buscar algo que
comer, saca un conejito de peluche, muerde su oreja para ver si se puede comer,
lo bota después de un rato y se mete al bote. Se detiene la música y Juanito se
asoma sorprendido, lleva en sus brazos un bebé, comienza una música intensa y
espiritual.
Juanito:
Pero
¿quién eres tú? ¿Qué estás haciendo justo aquí entre los pobres?
En ese momento, algo que se
acerca lo distrae y Juanito se esconde. Entran a escena los tres diablos,
Seytan y Dabel van cabizbajos y el Diablo principal se ve furioso
Diablo (enojado): ¿¡pero cómo diantres se les pudo haber
escapado un bebé!?
Seytan: No pus la neta
mi patrón, la neta… pus no sé…
Dabel: Pus es que
uste’ con sus faramalleadas de risas y rayos… neta, neta, purititita verda pus
yo sí me espanté
Seytan: Pus sí… y ya pus
ya bien espantado pus si brinqué bien acá machín y el chilpayate pus igual, no
más que sepa la bola pá dónde cayó
Diablo (furioso): ¡¡¡Idiotas!!! ¿Y están seguros que el niño
cayó por aquí?
Dabel: Pus así
seguros, seguros, de lo que se dice seguro… (El
Diablo le pone su tridente en el cuello a Dabel) pus más o menos mi
patroncito tampoco se me agüite ¿verda’ Seytan que el chilpayate cayó por aquí?
Seytan: Sí, neta que sí
y pus yo digo que por aquí ha de andar…
Diablo: Pues eso espero…
rápido busquen… busquen en ese bote de basura
Los
diablos se dirigen al bote pero el bote cae y sale Juanito corriendo con el
niño en brazos a toda velocidad
Diablo: ¿Qué esperan,
ineptos? ¡Vayan tras él, alcáncenlo y tráiganmelo!
Seytan
y Dabel salen corriendo detrás de Juanito, los tres salen de escena, unos cinco
segundos después entran Seytan y Dabel cabizbajos
Diablo: ¿Qué pasó?
Dabel: No pus es que si
salió hecho la mocha el morro
Diablo (furioso): Sí serán… ya van dos veces que la
riegan… óiganme bien, si me vuelven a fallar por tercera vez, los voy a colgar
de los aguacates
Seytan y Dabel (al unísono y muy asustados): No, de
los aguacates no, por favor
Diablo: Sí… de los
aguacates que tengo sembrados allá en el infierno
Seytan: Pero no se me
achicopale mi patrón, iré, aquí ta’ la solución
Diablo y Seytan (al unísono): murmullo,
murmullo, murmullo
Diablo (sorprendido): Uy… neta que con tu inteligencia, esta
vez sí me sorprendistes…
Seytan: no pus eso es
lo que dice en esta hoja que le quite al narrador
Seytan saca una hoja, aparece el narrador,
todo golpeado, con una cuerda enredada en su cuerpo y la ropa hecha añicos, le
quita la hoja a Seytan, le da dos cachetadas y se retira, los demonios salen de
escena y regresa Juanito, coloca al niño cerca y se arrodilla enfrente de él,
comienza nuevamente la música espiritual y profunda
Juanito: Mi señor… sé
que te me has presentado, en medio de mi atormentada porque quieres que yo te
cuide, quieres que yo te proteja así como tú me has protegido todo este tiempo
pero… mira mis fuerzas, no son suficientes para defenderte de eso villanos…
Señor… dame toda la fuerza que necesito para cumplir con lo que me pides
Se
Cierra el Telón
Escena: Se abre el telón Una casa como cualquier
otra, al fondo está un arbolito de navidad, hay una televisión y un sillón
enfrente, la familia está en el sillón, Don Rubén, Doña Josefina y el hijo
Pancracio, viendo la televisión. El señor está bebiendo una cerveza, se la
acaba de golpe y deja caer la botella
Don Rubén (bien borracho): Vieja, tráeme una chela
Doña Josefina (se arranca a llorar tan escandalosamente
que asusta a Don Rubén): ¡AHH! Tú nomás te la pasas tomando y
emborrachándote… mira como sufro, porque me la paso cuidando de ti, tú tienes
la culpa de nuestra pobreza, de que no haya dinero para comer, porque lo poco
que ganas lo malgastas en la bebida y no sé qué cosas más… tú tienes la culpa
de que el perro se haya muerto, de que nuestro hijo no quiera estudiar, hasta
de que yo esté gorda y fe, tú tienes la culpa de mis tristezas, de que no tenga
amigas… de mis dolores ¿es qué acaso no piensas en nosotros?
Don Rubén: Me
recargo en la pared… pues ¡claro que pienso en ustedes!
Doña Josefina:
¿entonces?
Don Rubén: Pus es
cuando me dan ganas de tomar (Doña
Josefina se priva) Tamales de pollo… mijo Pancracio, vaya a traerme una
chela, córrale
Pancracio: Ay, no inventes
pa’, es re bien tarde ¿No sabes que las calles están llenas de gente mala que
nomás se la pasa tomando? Mejor ve tú
Don Rubén: No pus
si por eso te estoy mandando a ti
Pancracio (se levanta y se dirige a la puerta): No, yo me voy a
ver si andan mis cuates allá
Don Rubén: Órale
pues y me traes mi chelita
Pancracio: No
Don Rubén: O que
sí
Pancracio: No
Don Rubén (gritando furioso): ¡Qué sí! ¡Triste pubertad te trae
nefasto, chamaco!
Se cierra el Telón.
Escena: Una multitud de diablitos, enfrente de
un ambón, donde el Diablo está hablando a la multitud
Diablo: ¡Carnales!
¡Dejen a Britney en Paz…! (aparece Seytan
y le entrega una hoja de papel) Cof, cof… perdón. ¡Carnales! Ya se acerca
como todos los mentecatos años: el nacimiento del hijo de Dios ¿les late?
Multitud de Diablos: ¡que no!
¡Que no! ¡Que no! ¡Que no!
Diablo: Pero tengo un
plan, y tenemos que hacer algo para impedirlo
Multitud de Diablos: ¡Qué sí!
¡Qué sí! ¡Qué sí! ¡Qué sí!
Diablo: No tendremos
piedad para con nadie
Multitud de Diablos: ¡Que
no! ¡Que no! ¡Que no! ¡Que no!
Diablo: Y por eso
sacaré de las profundidades del infierno, al más poderoso y sanguinario
guerrero
Multitud de Diablos: ¡Qué
sí! ¡Qué sí! ¡Qué sí! ¡Qué sí!
Diablo: Despertaré al
Guerrero Oscura
Multitud de Diablos: ¡Que
no! ¡Que no! ¡Que no! ¡Que…! No aguanten ya nos equivocamos ¡Qué sí! ¡Qué sí! ¡Qué
sí! ¡Qué sí! (Empieza a sonar la música
de Haggard Upon Fallen Autumm Leaves)
Diablo: Y por eso, yo,
amo y señor de las tinieblas, te ordenó, Guerrero Oscuro que regreses y que
cumplas con tu mortal cometido.
Truenas
cuetes para aumentar el efecto de que algo está renaciendo de las sombras, los
demás demonios se echan a correr, se quedan solo Seytan, Dabel y el Diablo.
Aparece el Guerrero Oscuro de las sombras con su armadura puesta y la espada
envainada, lanza un grito de furia y guerra al aire y desenvaina la espada, hace
algunas acrobacias y se postra ante el señor de las tinieblas. Se utiliza la
coreografía diseñada para la escena.
Zabulón (se quita la máscara para hablar): Soy Zabulón, el
Guerrero Oscuro. Y como agradecimiento por despertarme con tanto poder y fuerza
le ofrezco mis servicios, mi Señor.
Diablo: Eso es
perfecto. En el barrio viejo, anda un muchachito ve por él y tráelo
Zabulón: Sí mi Señor.
Pero antes, déjeme ir y despertar a mi ejército, mis tres poderosos aliados que
me serán de utilidad para cumplir mi cometido
Diablo: Ve haz lo que
sea necesario para cumplir la misión
Zabulón
se pone de pie, se coloca la máscara y sale de escena. Los tres diablos se
paran en el centro del escenario
Diablo: Este plan es
infalible, no fallará, de hecho, puedo creer que ya ganamos de una vez, lo
único que tenemos que hacer es esperar a que Zabulón haga su trabajo
Seytan: Pus sí verda’.
No pus eso merece festejarse
Dabel: Tiene razón el
Seytan mi jefe ¿qué le parece si nos echamos una bailada?
Diablo: Está bien (chifla como si le indicara al Dj) y
esto dice así
Empieza
a sonar la conocida canción de Reggaetón Llamada de Emergencia, Los tres
diablillos bailan la rutina completa, una vez terminada se cierra el Telón.
Escena: Otra calle abandonada con mucha madera,
una silla y una mesa están ahí arrumbadas, Pancracio va caminando
tranquilamente por esa calle, con una lata de chela en la mano, de pronto, del
otro lado del escenario sale corriendo Juanito con el niño en brazos, choca con
Pancracio y hace que se eche la cerveza encima
Pancracio: Óyeme
¿qué diantres te pasa?
Juanito (asustado, nervioso y mirando hacia atrás): No pus,
es que… unos diablitos, decían que se había robado al niño Dios, pero, yo aquí
lo tengo y… me están persiguiendo…
Pancracio
se le queda viendo al niño con cara de “what” voltea y mira fijamente su
cerveza, después avienta lejos su lata, acaricia la cabeza del niño, saca una
moneda de su bolsillo y se la entrega al niño. En ese momento, aparecen los
Diablos y rodean a los jóvenes, los amenazan con sus tridentes. Pero también
llegan los pastores corriendo de manera graciosa, se detienen y miran fijamente
a los Diablos, luego se tratan de regresar por donde vinieron pero Zabulón
aparece por donde ellos salieron. Los demonios tienen a todos acorralados.
Juanito hace uso de un gran valor para pasar por debajo de las piernas de los
Diablos y salir corriendo con el niño en brazos
Diablo: El niño se
escapa, Zabulón, corre ve tras él, tráeme al niño
Zabulón
corre detrás de Juanito y salen de escena, Zabulón regresa cargan a Juanito pero el niño Dios no está en sus
brazos
Diablo: Pero ¿dónde está
el niño Dios? (Zabulón se encoge de
hombros)
Zabulón: ¿Dónde
pusiste al niño? ¡Responde!
En ese
momento, Atenogenes le rompe su Ipad en la cabeza al Diablo, quien cae al
suelo, los demás pastores toman la madera del suelo y se la rompen a los
diablos, los cuales también caen al suelo, Pancracio toma una viga y con ella
golpea a Zabulón en la espalda pero Zabulón no siente el golpe, voltea a ver a
Pancracio y le suelta un derechazo, Pancracio cae al suelo inconsciente.
Mientras todo eso pasa, Juanito se escabulle gateando y sale del escenario. En
ese momento, Higinio toma la silla abandonada y se la rompe en la espalda a
Zabulón, pero nada, Zabulón patea a Higinio y lo noquea. Nicasio hace
movimientos de KungFu enfrente de Zabulón, pero él sólo se le queda viendo,
espera a que Nicasio termine de hacer sus movimientos para golpearlo de lleno
en la cara y dejarlo fuera de combate. Zabulón voltea a ver a Atenogenes y lo
persogue, Atenogenes pone la mesa en medio de él y Zabulón, corren alrededor de
la mesa, cuando Zabulón pasa al lado izquierdo, Atenogenes pasa por debajo de
la mesa hacia el lado derecho y cuando Zabulón va al lado derecho Atenogenes
pasa por debajo la lado izquierdo. Así le hacen un par de veces, pero esta vez,
Zabulón espera y mientras Atenogenes está debajo de la mesa, suelta un golpe de
karate que rompe la mesa y deja a Atenogenes en el suelo. Los diablos
despiertan y observan la escena
Seytan: No pus la neta
sí te rifaste mi Zabulón
Dabel: Nomás que se te
escapó el escuincle
Diablo: No importa, si
esos pastores ridículos cayeron fácilmente ante Zabulón, con más facilidad
todavía caerán los Ángeles guardianes. Gabriel debe de estarse oxidando, convocar
a un montón de pastores para proteger al hijo de su Dios. Zabulón… mata a estos
pastorcillo y al tipejo ése que también noqueaste
Se cierra el Telón.
Escena: Es el cielo, los tres ángeles se
encuentran de espaldas, empieza a sonar la canción de Au Seu te Pego terminando
de bailar, los ángeles empiezan a jadear cansados. Miguel les empieza a
aplaudir
Miguel: Vamos
muchachos, hay que bajar esos kilos
Gabriel: Oye, Miguel ¿no
te parece que estás exagerando?
Miguel: No ¿por qué?
Rafael: Oye, Miguel, yo
creo que Gabriel a lo que se refiere es a que llevamos aquí horas y hemos
bailado la misma canción doscientas veces seguidas
Gabriel: Sí, yo creo que
ya… ¿no? Ya
Miguel: Esperen, estoy
recibiendo un mensaje con la señal de Dios
Gabriel: Yahvé te mandó
un mensaje
Miguel: No, es del wi
fi de la iglesia de aquí abajo (se asusta)
¡No puede ser! ¡Satanás despertó al temible Zabulón! (se tranquiliza de inmediato) ¿de qué me preocupo? Si dejé en manos
de unos guerreros al Hijo de Dios ¿verdad Gabriel?
Gabriel (nervioso): Éste… sí… jeje. Claro, como ya te había
dicho, eran guerreros sino los más fuertes, los más nobles, los más aptos para
el trabajo, incluso para pelear contra el mismo Zabulón
Rafael (suelta una sonora carcajada):
¡JAJAJA!
¿No estarás hablando de esos pastores que encontraste en el pueblito ese donde
pasamos verdad? ¡JAJAJA!
Miguel (enojado): ¡PASTORES!
Gabriel:
Pus sí, es que pues tampoco quise revivir a los templarios, eran demasiado
sangrientos y cobraban más
Rafael: Pues ¿cuánto te
cobraron los pastores?
Gabriel: No, ellos ni me
cobraron
Miguel: Santo cielo. ¿No
sabes que jamás existió un guerrero terrenal capaz de vencer a Zabulón?
Gabriel: No pus
no sabía
Miguel (remedándole a Gabriel): “no, pus no sabía”. Rafael, ve
por nuestras armas de la bondad, serán necesarias para derrotar a este monstruo
Gabriel
corre y sale de escena, al cabo de unos segundos, aparece con unas espadas y
unas pistolas. Los ángeles se encintan las espadas y martillan las pistolas,
Rafael y Gabriel salen de escena, pero Miguel se regresa, busca algo en sus
bolsillos, saca unos lentes negros y se los coloca. Se cierra el telón.
Escena: Los pastores y
Pancracio se encuentran desmayados en el suelo, el Diablo se está riendo con
los brazos cruzados
Diablo: Zabulón,
mátalos. Yo iré por el niño Dios (Sale de
escena)
Zabulón
desenvaina su espada y se prepara para asestar un cruel golpe
Miguel (fuera de escena): ¡no te atrevas Zabulón!
Comienza
la música. Los tres ángeles entran a
escena y comienza una pelea cuerpo a cuerpo, ángeles y demonios se enfrentan,
los demonios usan sus tridentes y los ángeles sus espadas. Miguel se encarga de
enfrentar a Zabulón, Gabriel enfrenta a Seytan y Rafael a Dabel, la lucha es
encarnizada y realizan movimientos acrobáticos. Todos salen de escena. Entran
solamente Rafael y Dabel, combaten y Dabel es derrotado. Entran Gabriel y
Seytan y Seytan es derrotado. Aparecen finalmente Miguel y Zabulón peleando,
los otros dos ángeles van en ayuda de su compañero y aun así no consiguen
ventaja. Los tres ángeles contra Zabulón miden sus fuerzas y Zabulón los arroja
a los tres, en eso, los pastores se despiertan y se echan a correr, Zabulón
voltea y los ángeles sacan sus pistolas, se escucha un sonido de metralleta,
Zabulón huye adolorido, arrastrando de los pies a los otros dos demonios
Miguel: Vaya, por poco
somos derrotados
Rafael: Sí, pero por
suerte tenemos nuestras armas de la bondad
Gabriel (nervioso): Este… sí… pero hay un problema con eso
Rafael: ¿Cuál?
Miguel: Lar armas
solamente sirven si nuestro señor se encuentra cerca pero ahora nuestras armas
tienen poco poder
Gabriel: entonces es
urgente encontrar al niño Dios, démonos prisa
Miguel: Pero esperen,
vengan conmigo, que antes hay algo que debemos hacer (salen de escena, Pancracio y los pastores por fin despiertan)
Pancracio: No, no
inventes banda, eso sí que estuvo bien alucinado
Nicasio: No pus ora sí
que mi dio harto mello
Higinio: La verda’ que
sí, esa genti nomás ta’ pa’ molestar al prójimo
Atenogenes: No qui,
si eso era cosa del mismísimo chamuco
Pancracio: A ver,
a ver, no manchen… pues es obvio que eran los cuates de una pastorela que se
escaparon y nos vinieron a pegar
Nicasio: Pus en isi casi
pa’ que a nosotros
Pancracio: Pus no
sé
Higinio: Oiga uste’
jovencito ¿no sabrá por dondi hay un pisebre por aquí?
Pancracio: ¿Un
pesebre? No manches si por aquí ni hay pesebres ¿no ves que esta es la ciudad?
(Atenogenes
saca un celular de su bolsillo y empieza a tomarse fotos)
Pancracio: Ora tú ¿Qué te
traes?
Atenogenes: Pus
nomás aquí tomándome unas jotos aquí en la suida’
Pancracio: Hay de
verás ustedes de seguro deben de venir de provincia
Nicasio: No, muchachito,
nosotros semos de Belem
Pancracio: Ay,
animal… ¡SOMOS!
Nicasio: Ah ¿uste’
también?
Pancracio: No…
quiero decir que se dice… “Somos”
Higinio: ¿Somos qué…?
Pancracio: De
Belém
Nicasio: Ahí ta’ ¿no qué
no eres de ay?
Pancracio (desesperado): ¡NO! Hay
mejor olvídenlo… bueno ya, regresando al tema ¿qué hacen por aquí?
Atenogenes: Vinimos
siguiendo una estrellita, qui si aparició en il bosqui, y luego brilló hasta
acá y luego ya no la vimos y luego se aparició el siñor que nos pegó y luego…
Pancracio (desesperado): ¡YA! Ya entendí, pus desde hace rato
que está esa estrella brillando y me parece que pus sí, se ha movido un poco
Higinio: Enton’s hay
quirnos pa’ ya
Nicasio: Me parecí güena
idea.
(Los
pastores se forman y se van corriendo chistoso, mientras suena la canción del
burrito sabanero)
Pancracio: Oigan, espérenme
no me dejen aquí (Pancracio se en carrera
y corre igual que los pastores y se une a su fila, salen de escena y se cierra
el telón)
Escena: El callejón sucio del principio, entran José
y María, se nota que van buscando
algo, María le señala el bote de basura a José quien solamente encuentra dentro
el conejo de peluche
José: Mira, María… se
lo podemos regalar al niño cuando lo encontremos
María (enojada): Y aparte de todo cínico… eres un padre
irresponsable por haber perdido al niño
José: Oye no te
enojes, (deja su bastón detrás de una
banca, los Diablos llegan y se llevan el bastón sin que José se dé cuenta) ya
te dije que unos sirvientes de Satán me impidieron defender al niño mientras tú
te quedabas bien dormidota
María: Ash… pus… a
ver… quiero verte parir a un hijo a ver si precisamente sigues diciendo tus babosadas
José: Ya deja de
decir cosas y acompáñame a ese pueblo de allá a buscar al niño
María: Ash, ve tú, ya
que tú eres su padre…
José: Ay, sí verdad,
en ese caso ve tu que eres su madre… además ni siquiera es hijo mío es del Espíritu
Santo
María: Pues siendo
hijo del Espíritu Santo no veo razón a tu cinismo
José (enojado): Pus que hay momentos en que lo dudo (se para derecho y se le queda viendo fija y
retadoramente a María)
María (muy sorprendida y con enojo en la voz): ¿Cómo puedes
decir eso…? Entonces déjame aquí y lárgate, ya no me hables
José: Bien… (Se dirige al pueblo) Voy al pueblo a
buscar la cantina
María: Córrele,
mientras vas yo voy a buscar a MI hijo
José: Bien. (Mientras sale de escena José dice:) Ya
me lo decía mi mamá, pero no que cases con una muy joven porque ni te va a
pelar… (Sale de escena y se queda María
sola)
María se sienta en la banquita que está ahí, y se pone a llorar
silenciosamente, en ese momento entran los tres Diablos con sus tridentes y se
paran detrás de María, la pican con sus tridentes empieza a sonar la canción de
“No diré que es Amor” y los Diablos salen de escena
María (incorporándose): Si a los engaños dieran premios, hubiera
varios ya ganado (entran los ángeles y se
quedan de espaldas al público) no me interesa tener novio, eso es historia
ya lo sé todo
Los tres Ángeles (dándose la vuelta): ¿A quién
crees que engañas? Él es lo que tú
más quieres, ocultarlo tratas, es hermoso lo que sientes (María se levanta de la silla) no lo disimules, bien sabemos dónde
está tu corazón
María: Woo-o-o-o-oh No van
a oír que lo diga no, no
Los Tres Ángeles: tu sueño
es no lo niegues uhh ohh
María: Jamás lo haré
no hablaré de mi amor (los ángeles
vuelven a ponerse de espalda) Creía ya haber aprendido, siempre al inicio
es hermoso (los ángeles se comienzan a
dar vuelta) mi mente dice ten cuidado: porque no todo es maravilloso
Los Tres Ángeles:
Claramente vemos, que lo quieres y lo extrañas, no lo aceptaremos date cuenta
que lo amas, trata de admitirlo debes de aceptarlo muy ena-mo-ra-da estás
María: No van a oír que
lo diga no, no
Los Tres Ángeles: Ya
ríndete tu sonrisa es de amor
María: No insistan más,
no diré que es amor
Los Tres Ángeles: Quieras
o no te atrapó el amor
María: No pidan más que
lo diga
Los Tres Ángeles: No lo
dirá no
María: No harán jamás
que lo diga
Los Tres Ángeles: Su
orgullo no deja que hablé de amor (Miguel
deja el bastón de San José con una Flor en la punta en la banca donde estaba
sentada María)
María (sentándose, viendo el bastón y la flor en la punta y sonríe): Nadie
sabrá, no hablaré de mi amor
Los
ángeles terminan la canción y chocan sus manos en señal de triunfo. María se
levanta y se dirige hacia el pueblo con el bastón en la mano, los ángeles salen
tras ella. Se cierra el Telón
Escena: Se abre el Telón, José está en una
cantina de mala muerte, Dabel es el cantinero y limpia la barra con un trapo
mientras José se encuentra recargado en la barra con un vasito de licor junto a
él
José (medio ebrio): No lo entiendo, no, no lo entiendo, neta
que no lo entiendo (se toma su bebida de
un solo trago y Dabel le sirve otra) no lo entiendo… oyes barman
Dabel: Dígame
patroncito
José: Me
Dabel: No, quiero
decir que me diga aquello por lo que me habló
José: Ah sí es
cierto… le iba a decir algo que… espero que con toda su experiencia me sepa
orientar
Dabel: Claro que sí
señor, soy ingeniero en “Tabernatica” y tengo un doctorado en “Ebriología”
José: Ah, caray ¿a
poco esas carreras existen?
Dabel:
Pues claro, patrón, si las aquí tengo mi diploma de Harvard (saca de debajo de la barra un diploma
enmarcado)
José: Está bien,
venga para acá, lo que yo le quería decir era que no lo entiendo
Dabel: No pus yo
tampoco
José: No, espérese,
espérese, deje le cuento bien, le iba a decir que yo no entiendo
Dabel: Sí esa parte ya
me quedó muy clara
José: Cuando yo
conocí a María, la gente me decía que ella ya era muy joven para mí, y aun así
ella era muy bonita y yo un hombre apuesto
Dabel: Ah caray ¿pues
cuánto tiene que la conoció?
José: ¿Cómo dijo?
Dabel: Que-que… que
qué bueno que la conoció
José: Pus le diré…
ella tenía muchos pretendientes, y seguimos aquella tradición de que los
pretendiente de la joven le teníamos que presentar un palo de nardo
Dabel: Ay esta gente
siempre dificultando las cosas
José: Ni tanto,
porque mi palo fue el que floreció lo que quiere decir que ella me había
escogido a mí
Dabel: ¿Le puedo decir
una cosa, don?
José: Sí, dígame
Dabel: Ya estuvo por
hoy de la bebida ¿no?
José: No, espérese,
como mi palo floreció pus nos íbamos a casar, pero en eso me salió con su
domingo siete
Dabel: Ah ya, se iban
a casar en domingo primero
José: No sea sonso,
lo que le quiero decir es que ella estaba embarazado
Dabel: ¿Se comieron la
torta antes del recreo?
José: Sí… que diga:
no. En un sueño Dios me dijo que ella estaba embarazada del espíritu santo y
ese hijo era el Hijo de Dios
Dabel: No pus como va
a creer usted eso… si se trataba de un sueño, don ¿va usted a creer en lo que
dice un sueño?
José: Pus no… pero yo
la amó… y yo confío en Dios y me entrego por completo a su voluntad porque sé
que así mi final sería feliz
Dabel: Ah chirriones,
no entiendo
José: Si el niño en
verdad es Hijo de Dios pues habría cumplido mi misión
Dabel: No pus ora si
me sorprendió Don, quién como usted
José: Pus sí, pero…
he aquí lo que me entristece, que siempre en los momentos difíciles, en vez de
mostrarle que la amo, le vengo demostrando lo contrario
Dabel: No pus por todo
lo que me está contando la neta sólo puedo deducir que usted está bien animal
José: ¿Cómo dijo?
Dabel: Que-que… que
eso está bien criminal
José: Sí, pero por
eso, para acordarme siempre de mi amor hacia ella, guardé mi bastón con la flor
que hasta la fecha no se ha marchitado, pero no sé dónde lo dejé
Llega
María a la taberna, lleva el bastón en la mano, los ángeles vienen detrás de ella,
de pronto de debajo de la barra salen los demonios y les arrojan una manta a
los ángeles, entre los tres demonios comienzan a patear a los ángeles y Diablo
les rompe una silla, luego con su tridente amenaza a María mientras los otros
dos amenazan a José. Diablo se lleva a María
María (gritando): ¡José! ¡José! ¡Ayúdame! ¡AHH! (Salen de Escena)
José (Poniéndose de pie): María ¡Déjenla!
Los demonios le pegan a José en
la cabeza dejándolo inconsciente en el suelo, Seytan le arroja un papelito a
José cerca de donde está. Salen de escena y se cierra el telón.
Escena: Un cementerio, Zabulón se encuentra
parado en medio de tres lápidas. Zabulón se para lo más cercano al público
posible y comienza una música triste.
Zabulón (dirigiéndose al público): Miren nada más,
todos ustedes. Aquello en lo que me he convertido, un guerrero que vaga errante
entre las sombras y nunca volverá a ver la luz. Pero no siempre fui así… hace
ya muchísimos años que anduve sobre la luz, era siervo de la luz junto a mi
hermano. Pero entonces, un mal poseyó a mi amada y la desprendió de mis brazos
llevándola a un reino de oscuridad y terror. Valiente como era me aventuré a
rescatarla y me adentré en el valle de las sombras, sin embargo, el camino para
volver a la luz fue bloqueado y (so voz
adquiere un todo furioso) con esta espada, le quite la vida a el alma de mi
amada para que no viviera condenada a ese mundo de tinieblas y yo… le
declararía la guerra a todo ser de luz, porque me sería impedido volver a
caminar entre los vivos (la música cambia
por una más tétrica) Ahora yo, Zabulón, el poderoso Guerrero Oscuro, les
ordenó a todos ustedes muertos sin reposo (desenvaina
la espada y comienza a gritar) ¡Que se levanten de su sueño eterno! ¡Y me
ayuden a acabar con la luz! ¡Que un día impidió que le sirviera! ¡JAJAJA!
Los
muertos se levantan de sus tumbas con una música de fondo terrorífica, entre
los zombies que Zabulón resucitó está Gézer, quien se ha convertido en un
cadáver andante.
Zabulón: Ahora,
mi venganza está a punto de consumarse por completo (envaina la espada)
Los zombies se voltean y le dan la espalda al público, lo mismo hace
Zabulón, se quedan así un rato, comienza a sonar la canción Staying Alive de
los BeeGees y Zabulón realiza la coreografía junto con los zombies. Una vez
terminada la coreografía, se cierra el telón.
Escena: Los pastores y Pancracio van corriendo
por una calle más de la ciudad, de pronto Pancracio se detiene
Pancracio (un poco molesto): ¡Ya! Ya, ya estuvo bueno, ya me cansé de
correr como idiota
Higinio: Pus sí
muchachito, pero por eso cada quien corre como quere
Nicasio: Si uste’ corre
así pus claro que se va a cansar más
Pancracio: ¡Ya!
Quiero decir que ya me cansé porque nomás corremos y no llegamos a ningún lado
Atenogenes: A que ni
cierto, pa’ que vea, iré… la estrellita ya se dituvo y tamos justito, justito
bajito di ella
Higinio: Lo qui
quere decir que ya tamos harto cerca
Nicasio: Pus yo
creo que niñito Tizoc tiene razón
Pancracio: ¿Cuál
niño Tizoc? Ése no es mi nombre
Atenogenes (le da un zape con su sombrero a Nicasio): No li
digas Tizoc al muchachito, que no divisas que si llama proculo
Pancracio: Pus no
me llamo ni niño Tizoc ni Proculo. Me llamo Pancracio
Higinio: Uste’
disculpará al Nicasio… pero es que así le dijo de cariño
Pancracio: Pus que
cariño ¿eh? Yo soy Pancracio y ansina quiero que me digan
Nicasio: Ta’ güeno
muchachito “Ansina”
Pancracio: Ash va
veo que con ustedes ni se puede
Atenogenes: No si
enoji, muchachito Ansino (Pancracio pone
cara de hartado) ya nos falta re poquito pa’ llegar, así que ya merito,
solo tuvimos que correr otro ratito
Pancracio: Está
bien… Esperen, miren. Ahí en la esquina hay una taberna, podemos tomar un
refresco ahí.
Salen
corriendo se cierra el Telón.
Escena: La casa de Pancracio, Don Rubén está
recargado en su mano, aburrido y la Doña Josefina sigue llorando
Don Rubén: A ver a
qué hora regresa este muchacho con la chela
Doña Josefina: Tú
siempre te la pasas chupando chela
Don Rubén: Hey,
háblame con más respeto ¿eh? Es más… a ver a qué hora dejas de chillar, ya te
la pasastes chillando toda la mentada pastorela, es más yo creo que ya se va a
acabar y tú sigues bien privadota
Doña Josefina: Ay, pues
es el que escritor es bien malo ¡AHH!
Don Rubén (molesto): Mira tú… te doy tres para que te calles
Doña Josefina: ¿O Qué?
¿Qué me vas a hacer?
Don Rubén (decepcionado y mirando al público): No pus ya sabía
que no iba a funcionar. Mira en vez de quedarme aquí viendo cómo te privas,
mejor me voy a la cantina a fin que el tabernero es mi amigo y me tomo unas
chelas
Doña Josefina: ¡AHH!
Tú siempre te vas con tu amigo el tabernero para chupar chela
Don Rubén: Mira
que… Cero y van dos ¿eh? Horita vengo
Doña Josefina:
Deberías ir a buscar a tu hijo
Don Rubén: Ah no.
Ya habíamos quedado, cuando sacaba dieces en la escuela era mi hijo, para ir a
buscarlo a la calle, era tuyo
Doña Josefina: Se me
hace que ni lo quieres
Don Rubén: ¿Cómo
lo voy a querer si salió igual a ti?
Doña Josefina (se saca de onda y deja de llorar mira un
momento al público y se dirige a Don Rubén): ¡Ah caray! Te
recuerdo que estamos hablando del muchachito flaquito ése que se salió de la
casa hace rato
Don Rubén: Ya sé…
salió igualito a ti porque se la pasa rezongándome
Doña Josefina: ¡AHH! (con ese nuevo grito espanta a don Rubén) Ya
me quedó bien claro que no lo quieres
Don Rubén: Pues
claro que lo quiero… voy por mi chelita
Don Rubén sale de escena, Doña Josefina se asoma a ver si verdaderamente
se fue, después, de debajo del colchón saca un six de cerveza y se empieza a
tomar una
Doña Josefina (dirigiéndose al público): Vieron,
así se corre al viejo de la casa ¡Salud! (se
empina la botella y se la acaba de golpe. Se acuesta cómodamente en el sofá y
se pone a ver la tele mientras destapa la otra cerveza con la boca. Se cierra
el telón)
Escena: El mismo callejón sucio del principio.
Esta vez pasan por él los tres reyes magos, en una especie de procesión
solemne. Los Reyes se detienen de pronto y observan hacia enfrente. Del otro
lado del escenario entra uno de los zombis que Zabulón revivió, el muerto
viviente levanta los brazos hacia enfrente y se dirige hacia los Tres Reyes
Magos.
Baltasar: Oye tú,
chico, pero que te crees que te estás haciendo mi hermano. ¿No ves que es noche
buena?
Zombi 1: Hola,
soy un zombi ejecutivo, buenas noches
El
zombi se tira al suelo y comienza a morder el pie de Baltasar, quien grita de
manera graciosa, Melchor y Gaspar intentan ayudarlo, pero aparecen otros dos
zombis y también comienzan a morderlos
Melchor: Les dije
que trajéramos plantas para defendernos, pero no me hicieron caso
Gaspar: Órale, ya… está
bien que este sabroso, pero no exageren
Aparece
Zabulón, acompañado de los tres Diablos
Diablo: Hola, mis
queridos y sabios Reyes
Baltasar: Oye tú,
chico, pero si es el malo del cuento pues… digo de la pastorela
Diablo: Silencio.
Zombis, llévense a estos caballeros a la cueva que Zabulón ambientó para su uso
en estos casos
Los
tres zombis se llevan arrastrando de los pies a los Reyes Magos
Zabulón: Le dije
que mi plan no fallaría, Señor. Ahora solo nos falta encontrar al otro mocoso
Diablo: Así es… nuestro
plan malévolo está a punto de consumarse
Zabulón: Sí… nuestro
plan malévolo… ¡JAJAJA!
Todos
comienzan a reír macabramente y se escucha el sonido de un poderoso trueno que
espanta y hace callar a los villanos
Seytan: Bien, ya estuvo
bueno ¿no? Vámonos yendo para la cuevisini
Salen
de escena.
Escena: La Taberna. Está
José recargado sobre la barra, algo borracho. Hay en el piso una bolsa, los
tres ángeles siguen noqueados debajo. José y Don Rubén están abrazados en la
barra, se empinan una cerveza y Don Rubén se queda tendido sobre la barra. Llegan los tres pastores y Pancracio a la
taberna, se quedan sorprendidos al ver a José tomando, Pancracio saca su
cartera y en su cartera busca una imagencita
Pancracio: No puede
ser, es San José… ah y a un lado está mi jefe… (Se acerca a José, le acerca la imagencita y un bolígrafo) ¿Me das
tu autógrafo?
José (borracho): Yo no doy autógrafos
<<HIP>> porque no tengo automóvil <<HIP>>
Pancracio: No
puede ser… estás borracho (José se baja
de su banquito se acerca a los pastores)
José: ¿Ustedes le
dijeron, verdad?
Los tres pastores: No
patroncito, si lo juramos qui no
José: Ta güeno (se regresa a su banquito) Pus que inteligente saliste muchachito
Nicasio: No debiria di tomar,
patroncito
Higinio: No, claro qui
no ¿qui no sabe uste’ lo qui li pasa al hígado con el alcohol?
José: No pus no sé
Atenogenes: Pus si
hace así retifeo si quema y si arruga y se descompone
José: Ay Dios… ora sí
que ya no lo vuelvo a hacer
Pancracio: ¿Ya no
vas a volver a tomar alcohol?
José: No, a comprar
hígado, porque jijos…
En la
bolsa los ángeles se empiezan a quejar y a mover
Higinio: Santa virgen
María…
José: Cállate…
cállate, invoca a otro santito porque a ella se la llevo el Diablo (se vuelven a quejar y a mover los ángeles)
Nicasio: Santo Josecito
José: Cállate…
cállate, invoca otro santito porque a él ya no le gusta el hígado (se vuelven a quejar y a mover los ángeles)
Atenogenes: Santo
niñito Jesús
José: Cállate…
cállate, invócate otro porque ése
todavía no lo encuentro (se vuelven a
quejar y a mover los ángeles)
Pancracio: Ángeles
guardianes
José: Cállate…
cállate, invócate a otros porque esos están dentro de la bolsa
Miguel: Van a tratar de
atinarle al santo o nos van a ayudar a salir de aquí
Los
pastores y Pancracio ayudan a los ángeles a salir, los tres ángeles se ponen de
pie y se cruzan de brazos en posición triunfante, los pastores y Pancracio se
quedan estupefactos. José se talla los ojos y se acerca a los ángeles con la
boca abierta, Gabriel le cierra la boca
José: No puede ser… a ti es a quien vi en mi
sueño
Gabriel: Hombre
de poca fe ¿por qué dudaste?
Rafael (le da un codazo a Gabriel): Ssshhh, te
estás adelantando
Gabriel: ¿Qué
importa? Para cuando Cristo diga eso él ya va estar muerto
Atenogenes: Ési es
il angelito qui nos dijo que siguiéramos la estrellita como mensos
Miguel: Vaya que
obedecieron muy bien. Estamos aquí para solucionar todas las adversidades
José (Se arrodilla frente a Miguel y se pone a llorar):
Perdónenme, angelitos, perdónenme, pero he descuidado mi labor
Rafael (sobándose un brazo): Jeje, sí ya nos dimos cuenta
Miguel: José ¿dónde
están los que te condenan? Yo tampoco te condeno (ayuda a José a levantarse y le da un zape) pazguato… ora no sé
cómo le haces pero vas a recuperar a tu vieja y al escuincle ¿eh?
Todos los demás a excepción de
Miguel:
¡Miguel! ¿Qué has dicho?
Miguel: Este… ejem…
pues… que no te preocupes, hemos visto el temible ejército de Satán, que consta
de dos demonios, tres zombis ejecutivos y un Zabulón pero nosotros contamos
con… (Voltea a ver y ve a los tres
pastores y a Pancracio cargando a su papá borracho) Bueno, no hay que
desconfiar del auxilio de Dios… Rafael, Gabriel, reunión (se unen de los brazos)
Los tres ángeles (al unísono): Murmullo,
murmullo, murmullo
Gabriel (separándose del grupo y dirigiéndose a los
demás): Vengan amigos, se acerca la hora de la batalla final y debemos de
estar preparados.
Se
cierra el telón.
Escena: Se abre el telón, en el escenario hay
pesas, cuerdas de saltar, y unos banquitos empieza a sonar la música de Rocky,
todos entran a escena corriendo, se forman en fila india y empieza a hacer
sentadillas, después de hacer cinco sentadillas, comienzan a hacer lagartijas,
después de las cinco lagartijas, empiezan a hacer abdominales igual hacen
cinco. Terminadas las abdominales empiezan a hacer pesas, después de cinco
levantamientos empiezan a brincar la cuerda, por último, miran retadoramente el
banquito y comienzan a subirlo y bajarlo mientras aplauden hacia arriba.
Miguel: Y uno y dos, y
uno y dos, vamos muchachos que el Señor no nos quiere gordos
Pancracio: Mmta,
en la que me vine a meter, nomás por escuchar los idilios de un chamaco
cargando otro chamaco
Nicasio: Ora sí me voy a
poner bien mamá dolores
Higinio: Pus sí, piro ya
ni sento mis piernas
Atenogenes: Ánimo,
amigos, qui pronto podrimos descansar
Don Rubén (agitado y sin poder respirar): Y uno y dos, y
uno y dos… chale, eso me pasa por hacer mi barriguita de chelero… esto me pasa
por chupar chela
Se cierra el Telón
Escena: El interior de una caverna es el
escenario. Hay una jaula y dentro de la jaula están María, Doña Josefina,
Melchor, Gaspar y Baltasar y el
Narrador. Del otro lado y al fondo hay unos escalones que son las puertas del
fuego del infierno. Zabulón y el Diablo
contemplan la jaula y en ese momento llegan los otros dos Diablos acompañados
de los zombies, van cargando una bolsa que se retuerce mucho, dejan la bolsa en
el suelo, Zabulón la desata, se trata de Juanito que fue capturado, y lleva al
niño en brazos, Zabulón lo toma
María: No, dejen a mi
hijo… déjenlo por favor
Diablo: Nananananana.
Pus cómo la ves que no… por vez primera estoy a punto de alcanzar la victoria
Doña Josefina: Nel… te
metes con los puedes, un chilpayate recién nacido, una inofensiva muchachita,
un huerfanito desnutrido y un pobre diablo que ni leer sabe
Narrador: Ora… se
le olvidó decir la señora fodonga que ni fue a la escuela
Diablo: ¡Silencio! Para
que vean que soy misericordioso, antes de arroja al niño a las llamas del
infierno, los arrojaré a ustedes. Dabel, Seytan, encierren al huérfano en la
jaula.
Dabel
y Seytan toman a Juanito y lo meten a la jaula, pero antes de que puedan
cerrar, Zabulón empuja al Diablo hacia adentro, le arrebata al niño y encierra
al Diablo en la jaula
Diablo: Zabulón… ¿qué
demonios crees que estás haciendo?
Zabulón: No se preocupe
mi Señor… pronto mi venganza será consumada y usted no será más que un esclavo
y fiel sirviente mío
Dabel: Eso si nosotros
lo permitimos (Dabel y Seytan se
abalanzan contra Zabulón pero el guerrero saca su espada y los amenaza)
Seytan: Ahí muere, ahí
muere… era un chiste ¿pus a poco te la creíste?
Diablo: Cobardes, collones,
mendigos toca puertas…
Zabulón: Silencio, con
el permiso de todos ustedes, absorberé la luz de este niño y me volveré el ser
más poderoso del universo
María: No… Dios mío
ayúdanos por favor
Miguel (fuera de escena): No te atrevas, Zabulón
Suena
la música de Theme of Simon (Heavy Metal Version). Entran Don Rubén, Pancracio, Higinio, Nicasio, Atenogenes, Miguel,
Rafael, Gabriel y José a escena, los ángeles están con sus espadas, los
pastores con sus bastones, Don Rubén y Pancracio llevan una botella cada quien,
San José lleva también una espada Primero se pelean todos en montón. Después
salen de escena y entran a escena Zombi 1 junto con Pancracio y Rubén, a partir
de aquí el Narrador debe ir contando todo como si fue un cronista. Primero
intentan asestarles un par de golpes pero Zombi 1 los esquiva con facilidad y
golpea a Pancracio quien graciosamente pierde el conocimiento y se va al suelo,
Don Rubén se le queda viendo fijamente al zombi
Don Rubén: ¿Ah sí…?
Don
Rubén hace unos pases con sus manos y le da una patada de karateka a Zombi uno
quien cae al suelo, Zombi 1 intenta levantarse y entonces Pancracio le asesta
un botellazo en la cabeza dejando fuera de combate al zombi. Pancracio y Don
Rubén cargan a Zombi 1 y lo arrojan al fuego del infierno. Don Rubén y Pancracio celebran abrazándose
Doña Josefina: ¡Ese es
mi viejo! Tan fuerte, audaz y valiente y ése es mi hijo, que como nunca piensa
las cosas qué hace siempre hace lo mejor
Don Rubén: Simón
que sí, ésa, aquí estamos tu viejo y nuestro hijo para defenderte.
Salen
de escena y entran Zombi 2, Higinio y Nicasio, quienes con la punta de sus
bastones amenazan al zombi, el zombi toma los bastones y mueve de un lado al
otro del escenario a Higinio y Nicasio, les quita los bastones y avienta uno
hacia un lado y el otro hacia el otro lado, los pastores se voltean a ver se
quitan el sombre y le empiezan a dar de sombrerazos al zombi, una vez que lo
distrajeron lo suficiente, corren cada quien por su bastón, Nicasio tira un
golpe rastrero que derriba al Zombi e Higinio le asesta un golpe vertical una
vez que Zombi esta está en el suelo. Por fin lo toman y lo arrojan al fuego del
infierno, chocan sus manos y salen de escena. Entran Atenogenes y Zombi 3,
Atenogenes suelta su bastón y se echa a correr, Zombi va tras él y dan varias
vueltas por el escenario, por fin Atenogenes sube los escalones y se arroja al
fuego del infierno, el zombi sacado de onda se asoma, en ese momento entra
Atenogenes por otro lado del escenario y patea al zombi para que se caiga al
fuego del infierno, brinca de manera gracias y se dirige al público
Atenogenes: No contaban
con mi astucia.
Sale
de escena, entran Dabel y Gabriel, quienes blanden sus respectivas armas, Dabel
su tridente y Gabriel su espada. Dabel lanza un golpe rastrero con su tridente
que Gabriel esquiva brincando, una vez que Gabriel aterriza, Dabel vuelve a
blandir su tridente esta vez por arriba pero Gabriel lo esquiva agachándose.
Cuando Gabriel se pone de pie, Dabel vuelve a blandir su tridente esta vez
hacia el pecho de Gabriel pero el ángel se hace para atrás, esquiva el golpe y
le da una patada a Dabel, Dabel se echa para atrás, vuelven a blandir sus
armas, esta vez se invierten los papeles, Gabriel lanza un golpe rastrero con
su espada que Dabel esquiva brincando, una vez que Dabel aterriza, Gabriel
vuelve a blandir su espada esta vez por arriba pero Dabel lo esquiva
agachándose. Cuando Dabel se pone de pie, Gabriel vuelve a blandir su espada
esta vez hacia el pecho de Dabel pero el demonio se hace para atrás, esquiva el
golpe pero Gabriel se mueve más rápido y le da una patada a Dabel, poco a poco
Dabel empieza a perder terreno en el combate, y empieza a retroceder, llegan a
los escalones, Dabel y Gabriel miden fuerzas, Dabel toma la ventaja le da la
vuelta a Gabriel, Gabriel cae y queda en el borde del fuego, pero con su pie
catapulta a Dabel hacia el fuego. Sale de escena
Entran Seytan y Rafael, quienes
pelean un poco más rápido y más
salvajemente, los golpes de Seytan son tan fuertes que logra desarmar a Rafael,
Seytan comienza a blandir su tridente, Rafael lo esquiva con rapidez. Esquiva
un golpe, esquiva otro y esquiva otro, Seytan lanza una estocada, Rafael se
mueve un poco, detiene la estocada y le da un puñetazo a Seytan, quien se echa
para atrás. Seytan enfurece y comienza a atacar más rápido: izquierda, derecha,
en medio, arriba, abajo y estocada, todos esos movimientos son esquivado por
Rafael, quien vuelve a tomar el tridente en la estocada y le da una patada a
Seytan desarmándolo. La patada hace que Seytan retroceda y quede al borde del
fuego del infierno, Rafael aprovecha la oportunidad, lanza el tridente como si
fuera una lanza y asesta el mortal golpe en Seytan quien cae vencido a las
llamas del infierno. Sale de escena.
Entran a escena Zabulón, José y Miguel
Miguel (apartando a José): Hazte a un lado, José, debo cumplir con
la labor divina que en una ocasión me encomendara el señor, mi deber es detener
al mal en cualquiera de las formas en las que se encarne
Zabulón: Ven… que mi
ejército habrá sido derrotado, pero no será igual conmigo
José
se queda a un lado observando, mientras Zabulón y Miguel se observan fijamente,
blanden sus armas violentamente, es un combate bastante equilibrado, ninguno de
los guerreros se dan tregua el uno al otro, por momentos Zabulón toma ventaja y
de pronto es Miguel quien toma la delantera. Comienzan a medir sus fuerzas,
Miguel se agacha da una vuelta y asesta un golpe que Zabulón detiene, gira un
poco y le da un puñetazo a Miguel, luego le da un rodillazo que lo hace
doblarse y por fin Zabulón le pega con la empuñadura de su espada en la espalda
a Miguel, quien yace en el suelo derrotado, Zabulón se da la vuelta pero en ese
momento Miguel tira una patada y derriba a Zabulón
Miguel: ¡José, toma al
niño y libera a las personas!
Zabulón
se levanta toma a Miguel y le da un cabezazo, José mientras va por el niño pero
al ver a Miguel derrotado corre hacia Zabulón con el niño en brazos y lo patea
en la cara, Zabulón cae hacia un lado, Miguel se incorpora y corre, entran en
ese momento a escena los demás héroes, Don Rubén aprovecha que Zabulón se está
levantando para asestarle un botellazo en la cabeza, los pastores le rompen su
bastones en la espalda, Rafael y Gabriel le entierran sus espadas y contemplan
a Zabulón en el suelo, parece haber muerto. Todos van y rompen la jaula en la
que están encerrados los demás, en eso, Zabulón se levanta y toma a María y se
la lleva hacia las llamas del infierno
Zabulón: Ya me
harté de ustedes, payasos, sepan, que si no he de cobrar venganza, he de
llevarme tantas almas como pueda al infierno
José
corre hacia Zabulón lo empuja y ambos caen al fuego del infierno María cae a un
lado y rompe a llorar, Atenogenes que lleva al niño Jesús en sus manos se da la
vuelta, se escucha el llanto del niño y una música lúgubre empieza a sonar.
Todos bajan la cabeza, el Diablo se trata de fugar pero Rafael le pisa la cola.
Miguel: No puede ser… si
tan sólo hubiera logrado evitar…
Rafael: Tranquilo,
murió en la encomienda que Dios le pidió, podemos rezar por su alma
María: ¡No…! José… no
te vayas… no te vayas esposo mío te amo
José (se escucha su voz): Me da
mucho gusto escuchar eso María…
Gaspar: ¡José! ¡Sigue
vivo!
José: Sí pero ¿se van
a quedar ahí lo que queda de pastorela o van a ayudarme a subir? Porque me
estoy resbalando poco a poquito
Todos
se lanzan para subir a José, lo cargan en brazos y por fin lo dejan junto a
María Juanito le entrega el niño Jesús María, el niño comienza a reír lleno de
alegría, José y María juntan sus frentes en señal de su amor y se abrazan
fuertemente
Narrador (dirigiéndose al público): Ahora sí… si me permiten un momento de su
atención, he de acomodar toda la historia como estaba antes.
Se
cierra el telón.
Escena: Se abre el telón. Empieza a sonar la
canción de Hallellujah de Händel. Esta el niño Dios en el pesebre, María y José
se encuentran detrás de la cuna agarrados de la mano con la cabeza de uno
recargada en la del otro .Los tres ángeles están detrás de ellos. En ese momento llegan los tres Pastores,
quienes se quitan sus sombreros se despojan de sus sandalias y se arrodillan
ante el niño en señal de adoración. Llegan los Tres Reyes Magos
Melchor (deja junto al pesebre un cofrecito con Mirra): Mi
señor, que te has vuelto como nosotros, te ofrezco, como un humilde servidor
tuyo Mirra que es el aroma de una Rey y el símbolo de un Hombre
Gaspar (deja junto al pesebre un cofrecito con incienso): Mi
señor, que has dejado la gloria y la majestad del cielo para salvarnos, te
ofrezco como el más joven de estos tres servidores tuyos, incienso como el
símbolo de tu divinidad
Baltasar (deja junto al pesebre un cofrecito con oro): Y yo te
ofrezco mi señor, como tu humilde servidor, en reconocimiento de tu grandeza,
poder y majestad, oro, que es el símbolo de un rey.
Aparecen
en escena Pancracio, Don Rubén y Doña
Josefina, se hincan frente al señor y se quedan contemplándolo un rato,
entonces Doña Josefina rompe a llorar asustando a Don Rubén
Don Rubén (Molesto): Ora ¿qué te
pasa?
Doña Josefina: Ay es
que se ve bien bonito, chulo, hermoso, precioso, primoroso
Don Rubén: Ay
vieja
Doña Josefina: Dime la
verdad ¿Me quieres?
Don Rubén (rodeando con su brazo a Pancracio y a Doña Josefina): Pus… me
caes bien, así de bien como el nuevo integrante de la familia
Aparece
Juanito, quien se arrodilla frente al niño Dios, los magos permanecen
cerca, Juanito se arrodilla frente al
niño Dios
Juanito: Mi
señor… he cumplido con lo que me has pedido… pero ahora me doy cuenta de que tú
regresas con tu familia y yo me quedo solo
María: No digas eso,
Juanito, precisamente, detrás de ti está la que será tu nueva familia
José: Era voluntad de
nuestro hijo que todo esto pasara para que tú encontrarás a papá y a mamá
Juanito
voltea ilusionado, están ahí Don Rubén, Doña Josefina y Pancracio
Juanito (contento): ¡Ustedes son mi nueva familia!
Don Rubén, Pancracio y Doña
Josefina (al unísono): Simón
que sí, ése
Juanito corre y
se queda en medio de ellos, los pastores están escuchando todo mientras sonríen
alegres
María: Pero todavía no
terminan los milagros
Entra Gézer
con los tres zombis, que se han convertido en humano y detrás de ellos entra
Zabulón, lleva ropas blancas, todavía lleva puesta su máscara, se arrodilla
ante el niño
Zabulón: Mi
Señor… he atentado contra mi prójimo, contra mi propio hermano. No creo merecer
estar ante tu presencia
Gézer: Hermano… por
algo el Señor Jesús te ha permitido vivir todo este tiempo… porque Él te
perdona y te llama para que estés siempre a su lado… Te perdono Hermano
Zabulón: Mi Señor,
permíteme regresar al lado de la luz para servirte… para ser siempre un
guardián tuyo (Zabulón se despoja de la máscara
y la arroja lejos, se abraza con su hermano Gézer y con los zombis ya
convertidos en humanos)
Aparece en ese momento el narrador jalando unas cuerdas, todos voltean a
ver, ya que parece que le está costando trabajo jalarlas, pero después de unos
cuantos jaloneas parece conseguir con su cometido ya que Aparecen
en escena el Diablo, Dabel y Seytan vestidos como ovejas, aparecen gateando y
balando con muchísima flojera. Todos ríen y se quedan contemplando al niño Dios
Narrador: Bueno y
pues este es un ambiente de alegría, es un ambiente de fiesta
Comienza
la coreografía final al terminar de bailar los personajes se quedan parados un
momento enfrente al público se inclinan en señal de agradecimiento por su
atención y finalmente Se Cierra El Telón.