¿Estaré listo?
Pues me encontraba más que perdido
y me sumergí de lleno en oscuro pozo
cuya imponente profundidad me envolvió
ahí estaba:
Una pobre criatura sin bautizar
tratando de encontrar consuelo y refugio
en los brazos de su madre;
de ella se despegó un momento
y su llanto atormentó aquella oscuridad.
El niño quería ir a un lado
y ella hacia el contrario,
se quedaron en medio de aquella nada
abrazándose y sollozando
intentando consolarse con mutua compañía.
Más profundamente
un hombre que me doblaba la edad
maldecía ominosamente su mala fortuna
escupía a la tierra y le maldecía,
un corte de manga
cobraba el papel de ademán
ante las herejías proferidas
hacia el fruto que la tierra dió
y proclamaba, frustrado, blasfemias
dirigidas hacia un creador en el cual
ya había dejado de creer
para terminar en atormentado llanto
sobre sus rodillas destrozado.