martes, 3 de junio de 2014

La Sombra que Proyectas


El sentimiento crece dentro de mí
y desde afuera, con terror, lo puedo oír
gritar tu nombre con desesperación,
con cada latido de mi triste corazón.

Quisiera poder de mi pecho arrancar
mi corazón para poderlo aplastar,
y así matar el sentimiento tan cruel
que me ha envenenado contra ella también.

Me tienes pensando en ti y sufriendo,
ven, dame tu veneno,
inyéctalo en mi piel
y con gusto moriré...

Me tienes pensando en ti y sufriendo
ven dame tu veneno
inyéctalo en mi piel
y déjame morir, para librarme de ti.

Te quiero ver, tu cabello acariciar,
tus labios con mis labios poder tocar,
tenerte entre mis brazos, no dejarte escapar
y en medio de mi poesía poderte encerrar.

No existe poema tan bello como tú
yo soy la sombra que proyecta tu luz
porque si brillas me puedes extinguir
porque solamente muerto podré dejarte ir.

Me tienes pensando en ti y sufriendo,
ven, dame tu veneno,
inyéctalo en mi piel
y con gusto moriré...

Me tienes pensando en ti y sufriendo
ven dame tu veneno
inyéctalo en mi piel
y déjame morir, para librarme de ti.


lunes, 2 de junio de 2014

El Reclamo

Cuando era un poco más y joven (y un poco más estúpido), cometí muchísimos errores por tomar una decisión incorrecta al momento de elegir lo que deseaba hacer de mi vida. Errores que repercutieron directamente en la relación con mi padre y con el resto de mi familia. 
   Recalco la parte de la mala relación que llevé con mi padre, porque en esos días de errores, depresiones y desesperaciones, no podía dejar de recordar aquellos bellos momentos en los que mi papá no era sólo el hombre con el que compartía gran parte de mi carga genética; sino que era lo más que he tenido en este mundo a un verdadero amigo.
   Recuerdo los días en que lo acompañaba a comprar cartones y cartones enteros de cerveza para la tienda que poseía mi mamá, o acompañándolo a la tienda al mayoreo para surtir los abarrotes. Eran jornadas llenas de sudor, cansancio, calor y confidencialidad. Me gustaba escuchar los larguísimos sermones que mi padre era excelente dando, procuraba aprender lo más que podía de aquellas palabras tan sencillas que brotaban del noble corazón de mi padre. Un hombre sin educación, quien aprendió todo a base de duras etapas de su dolorosa vida.
   Es entonces donde mi rebeldía, (joven e inexperta), metió las manos al fuego, decidí alejarme de mi hogar y de mi familia para atender lo que yo erróneamente llamé "vocación". Pero lo que verdaderamente hice fue dejar solo a mi padre con mis hermanos que estoy más que seguro que no le apreciaban tanto como yo. En fin, que no estoy escribiendo esto para culparme de la futura depresión de mi padre, que en todo caso es más que obvio que no dependía de mí.
   Estoy aquí para declararme responsable de lo que sí fue mi culpa y es que, en un hórrido ataque de sordera, no me di cuenta de que (en caso de existir Dios), me hablaba a través delas muy sencillas palabras de mi padre y, en el más humano de los casos, mi padre sólo trataba de evitar que yo cayera en el error.
   Pero yo le odié, le odié por eso. Le odié por trata de protegerme. Porque al momento de que yo argumentaba de manera incorrecta él me corregía. Porque al tener un "logro" no me daba cuenta de que ese logro no cumplía ni siquiera con mis propias expectativas. 
   Odié a mi padre por haberme odiado cuando yo le odié primero.
   Llegó a tal punto mi torpeza, que utilicé mi más apreciado don para reclamarle por el modo en el que me trataba. En ese momento me sentí orgulloso, pero ahora me doy cuenta que esos versos y esas estrofas no invitaban a mi padre a reflexionar, sino que se trataba de un terrible reclamo que yo no tenía ningún derecho de hacer.
   Sin embargo, he decidido conservarlo en lugar de destruirlo, porque en él veo el amor de un padre y un hijo que poco a poco se convierte en una falta de entendimiento mutuo. Yo no quería entender que él trataba de evitar que cayera en el error, y él no entendió que yo era joven y no tenía ni idea del riesgo que estaba corriendo sin medir las consecuencias.
   Papá, toda mi rebeldía era mi manera de gritar que me ayudarás, y me enojo ante tus reclamos era mi orgullo negándose a aceptar que me estaba equivocando. No eres el padre perfecto así como no soy el hijo perfecto. Hay talentos y dones que he desarrollado gracias a ti y me gustaría que algún día te sintieras orgulloso de ellos. Mi errores como hijo no son tus fallas como padre, sino mi falta de conciencia al escuchar tus consejos.

Sí, aquí estoy otra vez, de nuevo fracasé
esperando que me voltees a ver;
reclámame después, porque hoy me siento mal
y no quiero que me culpes por llorar,
por no ser el mejor y atreverme a intentar
un sueño que tú me has de arrancar

Todo lo que hago sabes que es por ti
para que tú sientas gran orgullo de mí,
todo lo que hago es para obtener tu amor
pero tú te empeñas en romper mi corazón.

Yo no quiero ver en ti, al cantar mi canción,
a la única persona que no me aplaudió.
Estás en mi llorar, estás en mi fracasar
quisiera que estés en mi soledad.
Me dices: "otra vez", que lo vuelva a intentar
pero con tu pie me vuelvo a tropezar.

Todo lo que hago sabes que es por ti
para que tú sientas gran orgullo de mí,
todo lo que hago es para obtener tu amor
pero tú te empeñas en romper mi corazón.


Herejía y Fe*

Quisieron hacerme creer que no te merecía; todo el mundo estaba de acuerdo, menos yo.   Quisieron hacerme sentir que no merecía tu cariño y ...