viernes, 15 de agosto de 2025

Carta de Amor

Te escribo esta carta para recordarte que te quiero muchisimo y que me pasó el día completo pensando en tú. Como una especie de obsesión o de consideración para darle sentido a las cosas que hago.
    Por ejemplo: cuando tiendo mi cama es para que tú y yo tengamos un lugar digno y bien dispuesto para nuestro descanso y nuestra intimidad.
    Igualmente con la habitación, tenerla barrida, trapeada y ordenada. Ello incluye mi guardarropa, tener limpia y bien dispuesta tu pijama y tus chanclitas, para que sepas donde puedes tomarlas siempre que las necesites. El chiste es que mi espacio y todo lo que de él se ocupa se encuentre perfectamente disponibles para ti.
    Mi actual empeño es lograr que mi cuartito se convierta en un espacio digno y adecuado para tu descanso, mi amor. Para que puedas despejarte, aunque sea por un momento, del trabajo y de la vida de afuera.
    Para darme a entender rápidamente, siempre procuro dar lo que a mí me gustaría recibir, quiero darte un lugar para escapar sin arriesgarte, para descansar sin preocuparte. Como tú te lo mereces.
   
Dentro de mi lista de personas admirables te encuentras tú... porque has sido y eres capaz de lograr y hacer cosas que yo no puedo ni tengo. Es imposible para mí levantarme para ir a trabajar y soportar a toda la tanda de imbéciles que abarrotan los trabajos. 
    Honestamente, pese a que yo puedo hacerlo, no logro encontrar la convicción diaria necesaria para lograrlo. Por ello te admiro, quizá para cualquier otro no sea más que lo que todos hacen, pero yo te reconozco lo increíble de la hazaña y pido a Dios que de ser necesario, me quité la poquita de energía que tengo para dártela a ti cuando llegue a hacerte falta...


NOTA DEL AUTOR: Esta carta no pudo ser terminada, pues en esa misma semana, entré a trabajar a una fabrica, porque quiero comprar cosas para mi esposa y para seguir dándonos la vida que deseamos.

TE AMO MUCHISIMO. SIEMPRE TUYO.





miércoles, 13 de agosto de 2025

Una Pequeña Esperanza

De lunes a viernes me pudro en mi habitación, la cual mantengo a oscuras la mayor parte del tiempo. La basura que se me cae permanece en el lugar donde aterrizó a menos que me estorbe para pasar, porque entonces la patearé hacia abajo de la cama o hacia alguna esquina en la pared.
    Lo mismo pasa con la ropa, hay algunas que permaneces en su lugar en el mueble, aunque permanezca desordenada. Suéteres a medio usar reposan hechos bola en la cama, junto a la pijama, amontonadas sin forma y enredados con las cobijas.
    La ropa sucia tiene asignada un huacal para colocar ahí las prendas conforme voy dejándolas de usar, pero no toda la ropa ocupa la caja. Playeras y sabanas permanecen en el suelo desordenadamente, llenándose de polvo, mugre, insectos, etcétera.
    El piso es un tema aparte dentro de esta ignominia, cuando me levantó de madrugada para orinar, la gran mayoría de las veces prefiero ocupar una de las muchas botellas vacías de cerveza para poder llenarla y satisfacer mis necesidades. A veces una gotita se escapa, o la botella se llena de golpe y un chorro se riega por el piso; pues nada de eso se limpia ni se trapea. Ocupo una playera de la caja de ropa sucia y la coloco sobre el charco de orina para que se absorba y no estarla pisando por accidente. No obstante, al cabo de unos días, permanece el área una o varias manchas negras, rastro del ominoso liquido que se derramó.
    Tampoco dedico tiempo ni esfuerzo en barrer o sacudir. El polvo aparece y se adueña de todo, hay polvo en los libros y libreros, en el escritorio, en el ropero. Acumulándose a modo de pelusas y plastas debajo de los muebles. En fin, polvo en todos lados acumulándose por montones, sin tener yo intensión alguna por tratar de remediar aquella situación.
    Lo mismo pasa con la basura, tengo un costal para la basura en un rincón al fondo de la habitación, pero si he comido unas papas a la francesa, el plato de unicel desechable embarrado de grasa y salsas se quedará en el escritorio resecándose y estorbando, convirtiéndose en foco de infección. Pasarán días enteros con sus noches y esa mierda seguirá ahí. 
    Nunca barro, nunca trapero, nunca sacudo, me la paso acostado tomando cerveza, fumando marihuana, mirando las moscas acumularse posadas en el techo o arrastrándose por el piso buscando las partes más hediondas.

Llega el fin de semana, sábado exactamente. Ella suele mandarme un mensaje para confirmar que viene. Nada cambia, la habitación permanece como está, pero a ella parece no importarle.
    Se pone a levantar y doblar la ropa sucia para colocarla en la caja destinada para ello; toma la ropa limpia, la separa y dobla mandándome a llevarla al ropero. Recoge todas las basuras de los muebles y del suelo para poner todo en el costal de la basura, luego barre y saca el polvo, la pelusa y el pelo del cuarto, junto con más basura que estaba debajo de la cama y los muebles.
    Trato de no estorbar ayudando y de ayudar no estorbando. El orden de los libreros lo hago yo mismo; al cabo de poco menos de una hora y a veces un poquito, el cuartito ha quedado ordenado y aseado, no como debería pero sí termina luciendo como un lugar habitable para los seres humanos. Ella bromea cuando el desorden del cuarto pasa a ser exagerado, afirmándome que debo de perdonarla o disculparla, pero ése no es un cuarto de zarigüeyas, sino la habitación de su marido y suya.
    En aquel cuartito ya ordenado, ella y yo cenamos, platicamos y hacemos el amor, dormimos y hacemos el amor, despertamos y hacemos el amor, desayunamos y hacemos el amor. Dormimos otro momento y volvemos a hacer el amor... Suspiramos porque no nos queda de otra, hay que vestirnos y regresar al mundo sensible. Te vas y yo vuelvo a quedarme solo.
    
El cuarto permanece como quedó, como tú lo ordenaste. Se ve bien y no huele mal. Puedo hacer el esfuerzo por terminar de ordenarlo o por mantenerlo así hasta que regreses. Puedo también recordar que vendrás y ponerme a recoger aunque sea un poquito durante la semana, hacer un esfuerzo que se me antoja sobrehumano para que el cuartito sea la habitación de mi esposa y mía. 
    Esperar así como un esposo debe aguardar a su esposa: debidamente ordenado y aseado. Porque uno debe mostrar ganas de que lo vean con su esposa. Lo mismo el cuartito, debe mostrarse como un lugar donde te den ganas de estar, de permanecer, de llegar. Un lugar donde te den ganas de hacer cosas o ya de mínimo donde puedas descansar y permanecer cómodamente, dignamente.
    A veces lo consigo, cuando doy lo mejor de mí. 





lunes, 11 de agosto de 2025

Ella Trae el Orden

Cuando cuento el día sexto
en las semanas que se cumplen
ella viene a mí.

Permanece un momento imperceptible
para alimentarnos de nosotros,
para saciarnos un poco,
para quedarnos con más ganas,
para extrañarnos un poco menos.

Cuando se va:
la cama ha quedado tendida,
el cuarto barrido,
la ropa doblada y guardada
el desorden acomodado en su lugar
y, mi cada vez más herido corazón
saneado y curado otro poquito.





viernes, 8 de agosto de 2025

El Demonio de la Perversión - No Hay Poesía

Un estante lleno de libros tochos para poder leer:
recopilaciones,
antologías,
lo más selecto,
mierdas en general
no hay poesía
en medio de todo ese nombradero 
de completos desconocidos
destacan nombres, igualmente insignificantes,
destacan por repetirse
por abarrotar
por amontonarse.

No hay poesía
en todas las hojas llenas de letras escritas a mano
que narran una serie de estúpidas y cobardes anécdotas, masturbadas por los condimentos narcolépticos de la ficción.

No hay poesía
entre aquellos versos arrítmicos como la de tres hombres violando a una mujer ebria y enfiestada
no hay poesía
una pobre adolescente pendeja
provoca a su novio para que la golpee,
ella ha abusado primero,
y pone cara de perra estúpida 
cuando su voz se entrecorta por el tremendo golpe recibido.

No hay poesía
una penetración anal de manera violenta,
mientras la golpeo en el rostro
y en los senos,
ella pide que no pare,
pide que la golpee,
que viole su ano, rompa su culo
que la haga mi puta, 
que es mi perra y que la use.

Lentamente comienzas a entender
no hay poesía
no hay métrica
cuando él va a verla aunque le haya dicho que no
pero lleva alcohol y cigarrillos,
pasa a escondidas 
nunca hay nadie en casa
ya ebria él vuelve a violarla
la ahoga con su verga
a veces vomita
completamente feliz le dice "gracias"
él la abofetea como respuesta
ella dice "gracias" otra vez,
para continuar mamándosela 
si él no hace nada, ella solita se ahoga.

Él mete droga en su ano
ella, excitada, chorrea del coño
mientras los dedos que entraron por completo para meter más la droga en el recto, entran por el coño hinchado de vulva babeante por la excitación.
Él saca los dedos para meterselos en la boca
ella los limpia muy bien
gime cuando siente que solamente los huevos no entraron por su vagina.

No hay poesía
no hay versos
capaces de romantizar la cosificación sexual que aquella pobre putilla disfruta por parte del imbécil de su hombre,
porque está enamorada.
Ella lo coloca boca arriba y lo cabalga con el coño
de un brinco pasa al ano
el gemido es de un profundo dolor
pero él no deja ya de taladrarla
ella no desea que pare
ella lo muele a cachetadas
araña su pecho, muerde sus labios
hasta apreciar la sangre.

No hay poesía
pues este tipo de relatos se repite cada ocasión con mayor intensidad:
ella no para de fastidiarle con estupideces
él la golpea
quizá ella se dé cuenta lo suficientemente a tiempo...
quitárselo de encima pasa a ser mucho más difícil
cuando ella carga la semilla del hombre que la...

Aquí no hay poesía
hay unos padres que echaron a perder una parte de la infancia de su hijo... un pobre muchacho bastardo. 











lunes, 4 de agosto de 2025

Ensayo Post Suicida

17-06-24
Al final de muchas mañanas logramos levantarnos. Al principio de muchos días fuimos incapaces de salir de la cama.    
    Hoy no quiero salir adelante; hoy no tengo ganas de luchar, de esforzarme ni de ganar; no tengo ganas de salir adelante. Quiero quedarme exactamente como estoy, recostarme lo más cómodamente posible y quedarme dormido. Dormido para no sentir nada, no pensar en nada, no sentirme asediado por el hambre o la sed, no preocuparme por nada ni por nadie.    
    Dormir y sin darle una mayor importancia a la sucesión de eventos que ocurren en nuestra mente víctima de un juego de luz mental que interpretamos a manera de sueños, una errática secuencia de situaciones sin correlación alguna. Sin pasado ni futuro para creer o temer. Para no trabaja, para no cansarme, no sudar, ni sobre esforzarme ni nada. 
    ¿Será acaso esto parecido a querer estar muerto? A mí no me lo parece, llevamos la muerte dentro de nosotros todos los días y todos los días libramos una batalla contra la muerte: accidentes, enfermedades, atentados y desastres naturales. Y no por conseguir sobrevivir hemos ganado: cada día que vivimos es un día más que morimos. Porque vivir mata.
    Así que no. No deseo la muerte, porque ésta llegará en su momento, ni antes, ni después, ya sea que la anhele o no.

17-06-24
A través de los diferentes momentos de un proceso doloroso llegamos a obtener la convicción sobre varios tópicos de incertidumbre natural. Como lo suele ser el caso de la muerte.

18-06-24
La gente por alguna razón tiene miedo a la muerte, le guardan una especie de odio, una suerte de respeto nacido del temor, del miedo. Como si la propia muerte fuese algo de lo cual estar cuidándose durante toda la vida.
    Se vuelve necesario aprender acerca de la naturaleza, de la misma muerte, pues lo contundente de la respuesta radica en su propia sencillez: la naturaleza propia de la muerte es la vida. Nos morimos en primer lugar gracias a que estamos vivos y es por esta misma razón que experimentamos las diferentes sensaciones perteneciente a la muerte: soledad, dolor, miedo, tristeza. Esta vida de principio a fin no es más que una antesala para la muerte.
    Afortunadamente la muerte dura toda la eternidad - o marca una clara pauta en ella - así que no importa realmente si no estás preparado o debidamente mentalizado. La muerte vendrá a por ti y llegará en tiempo y forma, como los dieciocho años, como el pelo en los genitales. Igual de afortunado es saber que nunca sucederá ni antes, ni después, ni temprano, ni tarde. Siempre morirás cuando te toque, a la hora fijada, siendo uno de los aspectos más difíciles de asimilar.    
    Más complicado aún es asimilar el procedimiento que lleva la muerte. A veces toma la forma de una despedida forzada, otras veces ni siquiera nos permite despedirnos, en ocasiones puede llegar de manera violenta, lenta o dolorosa.
    La muerte es el evento definitivo para el que hemos venido a este mundo, un abominable evento natural e ineludible. Como todo fenomeno de la naturaleza, se trata de algo impredecible, incalculable, incontrolable.



El Lápiz Mágico y la Hoja de Papel (Ejercicio)

Caminaba apaciblemente por la calle aledaña a la plaza pública. Reparaba en la nostalgia que me provocaba el camino miles de ocasiones recor...