Note rindas, no dejes nunca de levantarte, no importa lo mucho que cueste, tampoco importa si ya no eres capaz de continuar luchando, lo que finalmente discutirá el verdadero valor de tu naturaleza es la valentía que demostraras al levantarte en medio de la batalla para continuar en pie, pues el final será cuando la muerte ponga a descansar tu ser.
Este mundo, lamentablemente, se mantiene en guerra declarada y abierta contra el prójimo; muchas veces nos convertiremos en el enemigo, en las victimas colaterales, o nos veremos obligados a abrir fuego contra una amenaza. Pero elige amar, elige perdonar, el mundo y la vida se acabarán y destruirán por sí mismos como consecuencia lógica de su propia existencia.
Así que no te preocupes por el mundo, su economía y su otro tanto de cosas y creaciones tanto de naturaleza humana como divina, todas están condenadas a la destrucción, a la muerte; así que no contribuyas a la destrucción, pues es natural e inevitable.
Mejor ama. Si todo será algún día destruido, entonces dedícate a construir. Si por naturaleza el prójimo se odia, rompe con el orden natural de las cosas. Ama al prójimo, compadécete y ora por él. La revolución es siempre la misma porque nunca ha llegado a consumarse del todo, porque siempre ha sido mancillada por sus líderes y representantes, echando en balde el poco logro obtenido.
¿Quieres acabar con el mundo tal como lo conoces? Ama.
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