Se sabe que algunos pueblos nativos de la región ocupan el equivalente a un diminutivo en nuestra lengua para referirse a las cosas de mucho respeto… tradición muy extraña, que se ha ido preservando para señalar entidades y poderes muy antiguos.
Después de haber aspirado la pantanosa niebla del bosque en el que me encontraba, llegó un claro apenas iluminado por una luna bastante lejana. Entre la torpe luz que me era dada naturalmente pude vislumbrar un ser antiguo, no sabré decir cuánto, pues carezco del conocimiento para dar el dato exacto de la antigüedad del universo entero… o posterior incluso al mismo universo… una sabiduría que ya existía, viviendo y creando.
Los mismos abuelos, los puntos cardinales, los comieron para soñar y crear al hombre, y aún entre ellos, eran pocos los que llegaban a presenciar al ser con forma de cactácea, el conocimiento ancestral capaz de guiar la sabiduría del universo. Nadie sabe de dónde viene tanto conocimiento, sólo que es capaz de dar poder a aquel que lo domina.
Presenciarlo es tan terrible como hermoso, tanto que no sabía si contemplarle o aborrecerme… Ese ser que no permite que su poder sea usado por aquellos que le desagradan, existiendo casos de personas que habían muerto tratando de conocer y descifrar sus secretos. Cuando preguntó: su voz sonó terrible como una especie un zumbido ultrasónico, un tipo de onda más allá del poder de comprensión humana, que no supe diferenciar entre música o ruido; tan estridente, que tuve que gritar en voz alta mis propios pensamientos. Yo mismo me sentí tan abatido y confundido por la situación, que no supe en realidad qué le respondí a lo que me preguntó, pues mis palabras brotaron de mi boca como negras nubes cargadas con rojos destellos… Como si la física no permitiese la conexión material para hablar con un ser tan lejano capaz de romper todas sus leyes… Un ser capaz de romper esas leyes a voluntad y sin problema, quizá fue esa la sensación que me obligó a adornar con contorsiones mi intento de discurso a lo que me preguntó.
Luego se fue, tan rápido cómo había llegado… algo me había querido decir, pero estuve demasiado asustado como para entenderle. Aun así fue bondadoso y jugó conmigo, en vez de destruirme por entero, con sólo uno de sus pensamientos.
A veces también tiene forma de perro, aunque los más viejos se burlan y se ríen aclarando que en verdad se trata de la forma de un coyote. En fin, los más sabios a veces dicen que cada quien lo ve como su razonamiento quiere. Y eso en parte es verdad, pero sólo niveles más altos del conocimiento lo llevan a uno a poder ver alguna de sus verdaderas formas, revelando rara vez más de una.
Capaz de atravesar el éter y llegar a estar al lado de quien lo invoca, pues se transporta desde las afueras del universo hacía esta dimensión tan limitada por sus leyes a través de la savia ancestral, el fruto del desierto y de los valles. Aquel que conoce a los enemigos y, conoce el procedimiento para vencerlos. La eterna sabiduría más allá de la naturaleza. Aquél que conoce el secreto de la herbolaria medicinal y sagrada, la historia del mundo y de los hombres y es de los pocos guardianes del secreto de su destino; la paz interna, la comodidad interior, la visión para el viajero... El viejo sabio que anda por el camino. Es la poesía existente antes de existentes las artes mismas… la danza y la armonía cósmicas, el sonido del universo, la vibración.
Pero también el tormento, el castigo merecido por la osadía y el atrevimiento, el severo castigo de un honor ofendido, la justa venganza, el castigo divino, el terror vívido. Entonces, cuando volvió casi tan rápido como se fue, tuve la sensación de que ya estaba de vuelta hace tiempo y apenas me volvía a percatar de haber estado largo rato en su bello trance.
Trance que no hubiese interrumpido de no ser la sensación, la noticia que nuestro cuerpo da cuando entiende que algo no está bien en él. Luego viene el miedo, el enemigo, no es el más poderoso de los cuatro enemigos que existen, pero últimamente hay muy pocos hombres que logran superarlo. Sin embargo, este miedo era tan real y auténtico, que me hizo sentir el más antiguo de mis terrores infantiles. La mente es mucho escándalo para sintonizar con la máxima presencia, por lo que puede resultar lesionada gravemente, llegar a sentir la propia muerte, la inexistencia… tus átomos dispersos en los espacios existentes entre dimensiones, la muerte de la mente, el cuerpo, y el espíritu, morir de verdad, ser un cuerpo condenado a pudrirse.
No regresé a terminar mi preparación, permití con el máximo respeto posible que aquellos secretos quedarán ocultos y guardados únicamente para el uso de los sabios, aquellos que vivían largas horas en el árido desierto, aquellos que viajan a través de los planetas sin sufrir alteración fisica o química, los adoradores del poder prohibido, los casi inmortales, conocedores de los rumbos...
Naturalmente mi guía se molestó mucho, más nunca supe ver si fue por hacerle perder su tiempo o por la decepción que sintió de mí, quizá fue también que estaba desesperado o un poco apresurado de encontrar un digno sucesor... él mismo me lo había contado, que cada día se sentía más viejo y cansado, pero mescalito le había prometido un sucesor y acémila de sus conocimientos, y mescalito no mentía, pero vaya que gusta de poner prueba tras prueba. Espero que Don Juan logré pasarlas todas.... pues si tan extraña e incomprensible era una entidad bondadosa ¿cómo de terribles serían aquellas destinadas únicamente a la destrucción?
Los mismos abuelos, los puntos cardinales, los comieron para soñar y crear al hombre, y aún entre ellos, eran pocos los que llegaban a presenciar al ser con forma de cactácea, el conocimiento ancestral capaz de guiar la sabiduría del universo. Nadie sabe de dónde viene tanto conocimiento, sólo que es capaz de dar poder a aquel que lo domina.
Presenciarlo es tan terrible como hermoso, tanto que no sabía si contemplarle o aborrecerme… Ese ser que no permite que su poder sea usado por aquellos que le desagradan, existiendo casos de personas que habían muerto tratando de conocer y descifrar sus secretos. Cuando preguntó: su voz sonó terrible como una especie un zumbido ultrasónico, un tipo de onda más allá del poder de comprensión humana, que no supe diferenciar entre música o ruido; tan estridente, que tuve que gritar en voz alta mis propios pensamientos. Yo mismo me sentí tan abatido y confundido por la situación, que no supe en realidad qué le respondí a lo que me preguntó, pues mis palabras brotaron de mi boca como negras nubes cargadas con rojos destellos… Como si la física no permitiese la conexión material para hablar con un ser tan lejano capaz de romper todas sus leyes… Un ser capaz de romper esas leyes a voluntad y sin problema, quizá fue esa la sensación que me obligó a adornar con contorsiones mi intento de discurso a lo que me preguntó.
Luego se fue, tan rápido cómo había llegado… algo me había querido decir, pero estuve demasiado asustado como para entenderle. Aun así fue bondadoso y jugó conmigo, en vez de destruirme por entero, con sólo uno de sus pensamientos.
A veces también tiene forma de perro, aunque los más viejos se burlan y se ríen aclarando que en verdad se trata de la forma de un coyote. En fin, los más sabios a veces dicen que cada quien lo ve como su razonamiento quiere. Y eso en parte es verdad, pero sólo niveles más altos del conocimiento lo llevan a uno a poder ver alguna de sus verdaderas formas, revelando rara vez más de una.
Capaz de atravesar el éter y llegar a estar al lado de quien lo invoca, pues se transporta desde las afueras del universo hacía esta dimensión tan limitada por sus leyes a través de la savia ancestral, el fruto del desierto y de los valles. Aquel que conoce a los enemigos y, conoce el procedimiento para vencerlos. La eterna sabiduría más allá de la naturaleza. Aquél que conoce el secreto de la herbolaria medicinal y sagrada, la historia del mundo y de los hombres y es de los pocos guardianes del secreto de su destino; la paz interna, la comodidad interior, la visión para el viajero... El viejo sabio que anda por el camino. Es la poesía existente antes de existentes las artes mismas… la danza y la armonía cósmicas, el sonido del universo, la vibración.
Pero también el tormento, el castigo merecido por la osadía y el atrevimiento, el severo castigo de un honor ofendido, la justa venganza, el castigo divino, el terror vívido. Entonces, cuando volvió casi tan rápido como se fue, tuve la sensación de que ya estaba de vuelta hace tiempo y apenas me volvía a percatar de haber estado largo rato en su bello trance.
Trance que no hubiese interrumpido de no ser la sensación, la noticia que nuestro cuerpo da cuando entiende que algo no está bien en él. Luego viene el miedo, el enemigo, no es el más poderoso de los cuatro enemigos que existen, pero últimamente hay muy pocos hombres que logran superarlo. Sin embargo, este miedo era tan real y auténtico, que me hizo sentir el más antiguo de mis terrores infantiles. La mente es mucho escándalo para sintonizar con la máxima presencia, por lo que puede resultar lesionada gravemente, llegar a sentir la propia muerte, la inexistencia… tus átomos dispersos en los espacios existentes entre dimensiones, la muerte de la mente, el cuerpo, y el espíritu, morir de verdad, ser un cuerpo condenado a pudrirse.
No regresé a terminar mi preparación, permití con el máximo respeto posible que aquellos secretos quedarán ocultos y guardados únicamente para el uso de los sabios, aquellos que vivían largas horas en el árido desierto, aquellos que viajan a través de los planetas sin sufrir alteración fisica o química, los adoradores del poder prohibido, los casi inmortales, conocedores de los rumbos...
Naturalmente mi guía se molestó mucho, más nunca supe ver si fue por hacerle perder su tiempo o por la decepción que sintió de mí, quizá fue también que estaba desesperado o un poco apresurado de encontrar un digno sucesor... él mismo me lo había contado, que cada día se sentía más viejo y cansado, pero mescalito le había prometido un sucesor y acémila de sus conocimientos, y mescalito no mentía, pero vaya que gusta de poner prueba tras prueba. Espero que Don Juan logré pasarlas todas.... pues si tan extraña e incomprensible era una entidad bondadosa ¿cómo de terribles serían aquellas destinadas únicamente a la destrucción?
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